sexta-feira, 22 de maio de 2015

merecemos los rosales...



Amor y confianza se entrelazan como las flores y las hojas de una planta.
Se confía en quién se ama, o se ama a aquel en el que puedes confiar... pero no siempre.
Hay relaciones que son plantas que no florecen, y otras son flores cortadas.

Amar sin confiar es puro masoquismo.

Los miedos y los celos nos envuelven, o nos resignamos a convivir con la peor versión de una persona.
Quizá somos sensibles y vemos, más allá de los comportamientos de quién amamos, el ser auténtico de alguien que ni siquiera escucha su propia voz.

Creemos más en ellos que ellos mismos.

Otras veces confiamos a quién no amamos.
Son las relaciones de urbanidad.
Cruzo el semáforo en la confianza de que el conductor frenará el coche cuando crucemos la calle. Esta es la confianza en el mundo, la que nos permite vivir sin caer en la paranoia.

Hay quién se conforma con flores cortadas, o matas con espinas y sin flores.
Sin embargo, merecemos los rosales...


Aina Cortiñas Payeras

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